Del cinco al diez de septiembre
son las fiestas de mi pueblo.
Sus gentes,
amables y risueñas,
sacan sus mejores galas
cuando a la Patrona sacan.
La engalanan, la pasean
y flores le regalan.
Cuando llega la feria
las mujeres de luces se visten
y montadas en sus caballos
lucen sus lindos trajes de gitana,
dándole al recinto ferial
esa elegancia tan especial.
Ayamonte,
pueblo marinero
y lindo donde los haya,
da la entrada al otoño
vestido de gala,
mientras su río Guadiana
baña sus playas
tranquilas y doradas.
Quiero a mi pueblo
por como es
y por lo que me hace sentir
cuando estoy en él.
Es especial, lo sé,
porque todo el que viene
nunca se llega a marchar,
dejando una huella en sus recuerdos
difícil de olvidar.
©Leticia Mestre
Sus gentes,
amables y risueñas,
sacan sus mejores galas
cuando a la Patrona sacan.
La engalanan, la pasean
y flores le regalan.
Cuando llega la feria
las mujeres de luces se visten
y montadas en sus caballos
lucen sus lindos trajes de gitana,
dándole al recinto ferial
esa elegancia tan especial.
Ayamonte,
pueblo marinero
y lindo donde los haya,
da la entrada al otoño
vestido de gala,
mientras su río Guadiana
baña sus playas
tranquilas y doradas.
Quiero a mi pueblo
por como es
y por lo que me hace sentir
cuando estoy en él.
Es especial, lo sé,
porque todo el que viene
nunca se llega a marchar,
dejando una huella en sus recuerdos
difícil de olvidar.
©Leticia Mestre
(Poesía publicada en el libro de festejos Ntra. Señora de las Angustias, de Ayamonte - año 2012)
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