no se para a pensar en el daño
que le pueden causar.
Entrega el corazón, sin reservas,
esperando vivir sentimientos
que le hagan sentir especial.
¿Por qué lo idealizan?
Es el sentimiento más egoísta,
el más sincero y falso,
el más cruel cuando se es dejado
y el más mentiroso
cuando no se quiere de verdad.
Entonces,
¿para qué amar?
¿Para sonrojar las mejillas?
¿Para sentir las mariposillas?
¿Para perder la virginidad?
¿Para ser tratado con vanidad?
Tonterías que siente
el ser humano,
que hacer perder
la cabeza y la razón,
olvidándose a veces
de su propio corazón.
Se entrega el alma
enterrando la llave
y cuando se quiere recuperar
ya es demasiado tarde.
Se pierde la cordura,
no se deja de llorar
y aunque pasen los años
nunca se consigue olvidar,
son heridas que nunca
acabarán por cerrar.
...¿Para qué el amor?
©Leticia Mestre
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